Por: Oswaldo de los Ríos   }

Luego de las elecciones del pasado domingo en Francia, el aún primer ministro Gabriel Attal y que hace parte de la coalición macronista, pide "ni un solo voto por la extrema derecha".

Parecería un acuerdo de facto entre el macronismo  y el Nuevo Frente Popular, regido por Melenchon, pero nada mas alejado de ello.

De hecho, Macron ha hecho público que en cualquier caso su partido se abstendrá de retirar sus candidatos para facilitar la obtención de una curul en disputa, a favor de la Francia Insumisa. 

Resulta pues contradictorio lo que dice Attal con lo que manifiesta Macron, o más bien hay que saber entender que es lo que se está velando en todo ello.

Macron, contrario a considerar que se dio un tiro en el pie con la disolución y llamado a elecciones, para quienes sustentan que su juego era presionar a la sociedad francesa ante el auge del Frente Nacional visto por los resultados de las pasadas elecciones del parlamento europeo,  y que una reacción a ello llevaría a fortalecer el macronismo, más bien estaba dirigido a solucionar  el bloqueo de la Asamblea Nacional, que sobrevino a la adopción de políticas de extrema derecha que Macron impulso y de hecho impuso, por encima de la misma Asamblea, como la reforma a las pensiones que incrementó la edad de jubilación mediante el artículo excepcional  49,3 y, en acuerdo con el Frente Nacional con la aprobación de la ley de migración, que termina una larga historia donde se reconocía que "no hay migrantes ilegales", que acogía la reflexión sobre las causas de la misma y la corresponsabilidad europea, los valores democráticos y sobre derechos humanos.

Esto sin duda, fue el fin del discurso del macronismo como partido de centro sobre el que descanso el auge de 7 años en el poder y que lo asimiló al Frente Nacional, por lo que los electores terminaron por votar por la versión original  de quién ostenta estas iniciativas políticas.

-Esto sin hablar de la mancomunidad de Le Pen Macron con la guerra de Ucrania o la postura sobre Israel-.

A decir, Macron no buscaba salir al paso al Frente Nacional, como a recomponer su gobierno en la Asamblea Nacional con el concurso de estos. El bloqueo parlamentario se presentó tras la dimisión de sectores democráticos de la coalición de gobierno frente al talante antidemocrático que Macron mostró en los últimos meses, por lo que el verdadero problema a este cálculo se situó en la fortaleza que toma el Frente Popular a escasos 5 puntos porcentuales de la Agrupación Nacional, y que bien puede sorprender imponiéndose en las elecciones de fin de semana, o lo que si es un hecho, que la formación de izquierda recién creada asuma el poder que otorga una presencia desequilibrante que ya tiene por sentado el Frente Popular en la Asamblea Nacional.

Algunos plantean que la estrategia de Macron de mostrarse en contra del Frente Nacional, mientras en la práctica bloquea electoralmente al Frente Popular, se hará más evidente esta semana cuando previendo elecciones triangulares en más de 300 circunscripciones por elegir,  evite quitar sus candidatos para favorecer a uno u otro bando en punta.

Pero no tanto. Como sucede en Colombia, dejará los candidatos pero los vaciará el día de elecciones a su gusto, para mantener oculta la verdadera estrategia. 

El "hay viene el lobo" que a coro repiten los medios occidentales para referirse a la fuerza que muestra en la elección el Frente Nacional, o que la ex-trema derecha va a colocar primer ministro, es una forma de potenciar la posición de dicho partido y que sucede por el efecto manada que deriva estar en el creíble bando ganador. Por demás, la denuncia que realiza el macronismo sobre la extrema derecha, mas que quitarle votos al partido de Le Pen, los motiva, esto por la desteñida credibilidad política que tiene el gobierno del Elíseo.

No puede obviarse por su parte, como una coalición de partidos de centro derecha, que incluye socia-listas, partido popular y sectores de la ex-trema derecha, si se piensa en el Parlamento Europeo, tienen a punto la reelección de la integrante del partido popular y alemana, Ursula von der Leyen como quien presida la Comisión Europea, que ha sustentado como única salida a la guerra en Europa, el escalamiento militar de la misma y la supeditación del Viejo Continente a Washington, y eso significa bastante si se piensa en como se aborda la situación del genocidio que practica Israel sobre la nación palestina.

En esto último, hay que reconocer de que existen países que están reconociendo genuínamente a Palestina como Estado, pero existen otros, que lo hacen conociendo que tal decisión se presenta de manera formal y que instituciones supranacionales a las que pertenecen como la Unión Europea o si se considera el Consejo de Seguridad para el caso de Naciones Unidas, pensar en el constante veto de EEUU al reconocimiento de Palestina como Estado, se encargará de hacer lo demás.

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