Opinión

Por: Oswaldo de los Ríos } Francia como Estados Unidos, tienen como particularidad hoy mismo, el que, el bipartidismo que sobreviene a la Segunda Guerra hace aguas y donde el discurso no es ya el relativo a la democracia y los derechos, como a la persecución de los migrantes, a las ideas seculares en la educación o respecto de asuntos de género, derechos de las mujeres, el negacionismo del cambio climático o de la teoría del agotamiento de los recursos naturales.   

Milei lo explica muy bien en un video promocional en su campaña a la presidencia: el Estado nada tiene que ver con la garantía de derechos, por lo que deben ser en la práctica derogadas sus instituciones, ya languidecientes cuando fueron eliminadas sus capacidades operativas y el Financiamiento público en la era neoliberal.  

En EEUU la batalla por contener a Trump ha terminado por empujar la justicia al precipicio de la persecución política y en la Francia de Macron a imponer la legislación para el incremento en la edad de jubilación, el año pasado, vía un artículo discrecional y excepcional de la Constitución, donde se obvia la existencia del parlamento. 

Hoy, de nuevo repite el país galo, luego de la derrota electoral del partido de Macron en las elecciones europeas: el salto adelante, es la decisión del premier francés de "disolver" la Asamblea Nacional, apoyada en el artículo 12 de la Constitución, También excepcional en su aplicación. 

La previsible alianza de Macron con el Frente Nacional de Le Pen son la triste garantía de la profundización de la guerra de Ucrania y el apoyo a Israel, algo que se extiende, ante igual tendencia, al resto de Europa ya EEUU con el previsible ascenso de Triunfo.  

Pero si en el caso de Francia o EEUU, la idea es recortar los derechos disfrutados por los ciudadanos por décadas, en Colombia, por el contrario, lo es intentar materializarlos en normas legales y llevarlos a la práctica alguna vez. Sin embargo, el bipartidismo, o de otra forma, los partidos tradicionales, élites y medios de comunicación, bloquean cualquier posibilidad para que ello avance, a lo q hay q decir, por lo que se ve en los ejemplos mencionados, no son precisamente los tiempos del articulado tradicional de las constituciones, como por los elementos que las hacen excepcionales. 

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